Poesía Completa. Tomo I

Autor: Francisco de Quevedo

Obras incluidas

Poesía:
Poemas metafísicos
Heráclito cristiano
Poemas morales
Poemas religiosos
Poemas líricos
Elogios, epitafios, túmulos
Poemas amorosos
Canta sola a Lisi

42,00

Obras incluidas

Poesía:
Poemas metafísicos
Heráclito cristiano
Poemas morales
Poemas religiosos
Poemas líricos
Elogios, epitafios, túmulos
Poemas amorosos
Canta sola a Lisi

Sinopsis
Quevedo salvó del olvido la poética de fray Luis de Léon y la de Francisco de la Torre, aunque no tuvo prisa por reunir y publicar la suya propia hasta una edad avanzada, lo que era habitual en su época. Hacía décadas que era un poeta conocido y sus romances y letrillas se cantaban por toda España. Esta edición comienza por sus Poemas metafísicos, cuyos claros antecedentes estoicos permiten explicar mejor su obra. Se trata de una poesía metafísica de gran belleza escrita en forma coloquial, cotidiana. Con estos enlaza otro grupo de poemas morales, inspirados en la antigüedad, entre los que destaca un famoso soneto de elogio de los libros. También escribió poesía religiosa, más conceptual que sentimental, pero su faceta más destacable es la de poeta amoroso por su originalidad de forma y de contenido. En el cancionero dedicado a Lisis, con 69 poemas, la mayoría sonetos, no deja de mostrar su vinculación con la poesía más culta. Lo más característico de su lengua poética es el efecto de intensificación que logra con todos los recursos disponibles.
Sobre el autor
De Don Francisco de Quevedo y Villegas sabemos que nació en Madrid, en el seno de una familia aristócrata de la Corte, que estudió en Alcalá en 1596, pero se graduó en Valladolid, donde ya se le reconocía el talento, pues Pedro Espinosa publicas algunos poemas suyos en Flores de poetas ilustres (1605). Pero poco más se sabe de su infancia y mocedad, salvo que regresó a su ciudad natal, donde participó en las Academias literarias y empezó a escribir poemas metafísicos y burlescos, mientras se ganaba la amistad de los nobles, como la que mantuvo con el duque de Osuna, al que acompaña como secretario a Italia en 1613, y de quien obtendrá el hábito de Santiago por su fidelidad. Pero Quevedo también fue un hombre de acción envuelto en las intrigas más importantes de su tiempo. La caída de Osuna, por asuntos de espionaje político, le costó el destierro, en 1620, a la torre de Juan Abad, pero esta no sería la última ocasión en que sufrió encierro. De los poetas del Siglo de Oro Quevedo es el más imaginativo y el que domina con más ingenio el idioma. Era docto en teología y conocedor de lenguas clásicas y modernas. Destacaba por su gran cultura y por la acidez de sus críticas. Entabló buenas relaciones con Lope y con Cervantes, pero su enemistad con Góngora, el otro gran poeta barroco español, durará toda su vida y producirá poemas cruzados en los que se atacan mutuamente.
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