Fray Gabriel de San Antonio

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Pocas cosas se saben acerca de la vida de fray Gabriel de San Antonio, un hombre «más español que humano, más hidalgo que monje y más monje que cristiano», como lo definió A. Cabaton. Educado en el convento de Ocaña, predicador después en la iglesia dominica de Guadalajara, nuestro religioso fue uno del grupo de frailes que reclutó Miguel de Benavides, el futuro arzobispo de Manila, para la misión de Filipinas.
Partido de Sevilla en 1594, fray Gabriel llegó a México, y, tras una breve estancia en 1595 se embarcó de nuevo en Acapulco rumbo a Cavite. Su entrada en Manila se produjo el 10 de junio siguiente y allí se encargó tanto de allegar fondos para la expedición de Gallinato, como de confesar al gobernador Tello y a Morga. Fueron estos quienes decidieron enviarlo a España por la vía de la India a fin de informar al Consejo de Indias de los asuntos del Japón y la jornada de Camboya.
A finales de febrero de 1598 salió de Cavite fray Gabriel rumbo a Goa. Al arribar a Malaca, halló la ciudad soliviantada a causa del caprichoso gobierno ejercido por el obispo João Ribeiro Gaio. Después de dos años de estancia en Malaca nuestro fraile prosiguió en 1600 su viaje a Goa. Y ya en la corte, que residía entonces en Valladolid, defendió ardorosamente la intervención militar en Camboya y los reinos comarcanos y en 1604 el publicó la Breve y verdadera relación de los sucesos del reino de Camboya. La muerte lo sorprendió en 1608, antes de emprender el largo viaje, sin llegar a saber, a lo que parece, que había sido nombrado obispo de Nueva Cáceres.