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General Estoria Alfonso X El sabio

La Fundación José Antonio de Castro ha publicado la primera edición completa de la General Estoria de Alfonso X.

 

Este proyecto se gesta al descubrir el vacío editorial existente sobre la más importante y ambiciosa obra del rey Sabio: la General Estoria. Escrita en romance en la segunda mitad del siglo XIII, nació con la voluntad enciclopédica de relatar la historia de la humanidad desde el principio de los tiempos hasta el reinado del propio rey Alfonso. Para ello, los alfonsíes siguieron el patrón cronológico que les marcaba la Biblia ampliando la información histórica con otras muchas fuentes de origen y naturaleza no bíblica (Ovidio, Lucano, Pedro Coméstor…).

 

Esta obra medieval de contenido enciclopédico es, sin duda alguna, la más importante aportación histórica de la cultura europea y en la presente edición se recuperan la totalidad de los textos de los manuscritos conservados en las bibliotecas Pontificia de El Vaticano, Nacional de España, El Escorial y Universidad de Évora.

 

Los diez volúmenes que recuperan los textos de los códices alfonsíes se completan ahora con minuciosos estudios introductorios a cada parte y aparatos críticos que aportan un valor añadido de carácter científico a la propia obra medieval.

 

El catedrático Pedro Sánchez-Prieto ha dirigido y coordinado a lo largo de más de doce años el trabajo de un excelente equipo de profesores medievalistas, entre ellos Inés Fernández-Ordóñez (de la Real Academia Española), que han hecho posible descubrir al mundo de la cultura un tesoro hasta ahora desconocido.

 

Concluimos pues, tantos años de trabajo con la satisfacción de poder ofrecer al lector  esta obra magna de la Edad Media europea y, de recuperar la figura de un rey cuya curiosidad sin límites le llevó promover la creación de una historia universal que superara las limitaciones de su propia época.

Alfonso X (rey de Castilla y León desde 1252 hasta 1284), pese a los graves problemas políticos y familiares que hubo de afrontar a lo largo de su reinado, aportó su decisivo esfuerzo personal para crear en la Corte de Toledo un sorprendente centro de actividad cultural, atrayendo a gentes capaces de aunar sus conocimientos, participando en una ingente tarea intelectual, amparada y organizada por el propio Rey (en ese ámbito se gestaron las Cantigas, los Libros del Saber de Astronomía, el Libro de los Juegos, el Lapidario, la Estoria de España, las Siete Partidas y, naturalmente, la General Estoria).

 

La General Estoria nació como un completo relato del curso de la Humanidad desde el origen del hombre hasta el reinado del propio rey Alfonso. La magnitud del proyecto no permitió su conclusión, pero los manuscritos redactados y actualmente conservados integran en su conjunto un asombroso monumento intelectual, de contenido enciclopédico, único en la cultura europea.

 

En cuanto al devenir histórico, la General Estoria procuró seguir el patrón cronológico de la Biblia, pero dicha fuente se enriquece con aportaciones de figuras tanto del mundo clásico (Ovidio, Lucano…) como de autores coetáneos (Pedro Coméstor…). Según este proceder, en cada momento la historia del pueblo judío se combina y completa con los acontecimientos gentiles de la época relacionada, así como con leyendas, mitos y descripciones geográficas del mundo entonces conocido, que ponen de manifiesto un concepto historiográfico de gran amplitud.

 

Todo este trabajo fue posible tras un previo acopio de textos originales dentro de un planificado proceso “editorial”, iniciado por el trabajo de los buscadores y “compiladores” de esos textos previos, seguido por el de los traductores o “romanceadores” y concluido con el de los redactores del “escritorio real”.

 

Para estructurar la obra, los alfonsíes intentaron ajustarse al criterio agustiniano de dividir en seis “Edades” el curso de la Humanidad: la primera Edad abarcaba desde la Creación hasta el Diluvio; la segunda, desde el Diluvio hasta el nacimiento de Abraham; la tercera, comprendía el tiempo transcurrido desde Abraham hasta el rey David; la cuarta, desde el rey David hasta la transmigración de Babilonia, que supuso la deportación masiva de judíos a dicha ciudad ordenada por Nabuconodosor; la quinta Edad abarcaba desde ese momento hasta el nacimiento de Jesucristo y, finalmente, la sexta Edad sería la última y se extendería hasta el final de los tiempos.

 

Los redactores de la General Estoria, pretendieron distribuir su obra en seis Partes paralelas a las citadas seis Edades, aunque prontamente comprendieron que el muy diferente acervo de acontecimientos de todo tipo, crecientes con el transcurso del tiempo, no les permitía ajustar el contenido de las seis Partes en que dividieron su obra a las correspondientes seis Edades del Mundo. El ensamblado final entre las Partes y las

 

Edades es el siguiente:

Tampoco fue posible que el relato histórico se extendiese hasta el reinado del propio Alfonso X. Los manuscritos hasta ahora conocidos que se conservan de la Sexta Parte concluyen con la biografía de los padres de la Virgen María y, en la parte gentil, con César Augusto y Marco Antonio.

 

Merece la pena aludir a la datación o fechado de los códices elaborados en el “scriptorium” real (asunto diferente es el de las copias posteriores). A tales efectos debe recordarse que los reinos castellanos medievales se regían cronológicamente por la llamada “Era Hispánica” o “Era de Augusto”, que se iniciaba en el año 716 de la Fundación de Roma y cuya fecha resultaba anterior en 38 años a la señalada posteriormente para el nacimiento de Jesucristo (comienzo de la “Era Cristiana”). Por tanto, para ajustar a esta última las fechas que figuran en los textos originales de la General Estoria, hay que restar a estas 38 años.

 

Ejemplo: Al final de la Cuarta Parte se dice: “este libro fue acabado en era del mil e trezientos e diziocho años. En este año yo, Martín Pérez de Maqueda, escrivano de los libros de muy noble rey don Alfonso, escriví este libro con otros mis escrivanos que tenía por su mandado”.

 

Si a la fecha citada de 1318 del texto alfonsí le restamos 38 años, resulta el año 1280 de la Era Cristiana como fecha de redacción, según nuestro cómputo cronológico actual.

 

La “Era Hispánica” se mantuvo hasta el reinado de Juan I, en cuyas Cortes de Segovia de 1383 se acordó aplicar el calendario de la “Era Cristiana” a partir del 1 de enero de 1384.

 

Tras casi ocho siglos de silencio, las seis partes de la General Estoria ven ahora la luz gracias a la presente edición de la Biblioteca Castro. Se transcriben íntegramente, dividiendo cada parte en dos tomos para evitar libros excesivamente voluminosos.