Comedias. Tomo I

Autor: Pedro Calderón de la Barca

Obras incluidas

La vida es sueño
Casa con dos puertas
El purgatorio de san Patricio
La gran Cenobia
La devoción de la Cruz
La puente de Mantible
Saber del mal y el bien
Lances de amor y fortuna
La dama duende
Peor está que estaba
El sitio de Bredá
El príncipe constante

50,00

Obras incluidas

La vida es sueño
Casa con dos puertas
El purgatorio de san Patricio
La gran Cenobia
La devoción de la Cruz
La puente de Mantible
Saber del mal y el bien
Lances de amor y fortuna
La dama duende
Peor está que estaba
El sitio de Bredá
El príncipe constante
Sinopsis
(Primera Parte de Comedias)
La presión moralista contra el teatro explica la interrupción, en 1625, de las licencias para imprimir comedias en Castilla, lo que afectó de lleno a Calderón que ya era un autor estimado. Hasta que acabó la prohibición, en 1635, no pudo reunir un volumen de comedias con la enorme dificultad de encontrar buenas versiones, ya que los autores tenían prohibido quedarse una copia de lo entregado a los empresarios. Tuvo que revisar a fondo las que encontró para enmendar las manipulaciones sufridas en estos años. Por esta razón, las comedias incluidas en esta edición se distribuyen según las publicadas por el autor en el siglo XVII, pero no coinciden con las que él consideraba mejores ni tampoco siguen un orden cronológico. En el teatro del XVII el centro de interés reside en la acción, pero también destaca la individualidad y grandeza de algunas figuras, como Segismundo, personaje central de La vida es sueño, que inaugura este tomo. Es una de sus obras más famosas y muy estimada por Calderón, que escribió varias versiones con afán perfeccionista.
Asimismo, podemos destacar dentro del volumen Casa con dos puertas y La dama duende. Ambas representan la temprana maestría de Calderón para perfeccionar el género de capa y espada, cuya acción se basa en un enredo que se va complicando a través de un ambiente alegre y lúdico.
Sobre el autor
Calderón de la Barca comienza a escribir comedias hacia 1620, cuando el modelo de la “comedia nueva” estaba plenamente instalado desde principios de siglo, aunque Lope de Vega lo había iniciado mucho antes. Aunque se inspiró en este modelo, Calderón creó un teatro con voz propia. Para él no había géneros menores ni temas superficiales: dedica su arte con la misma intensidad para la comedia de capa y espada o el drama de honor que para la obra religiosa y la histórica. Sus comedias se basan en los choques continuos entre los personajes, fruto de los contrastes de su carácter y reflejo de sus ideas y modos de vivir. Estos se van enfrentando en las tres jornadas canónicas hacia el desenlace, que unas veces supone la instauración de un nuevo orden, y otras, conlleva el fracaso o la muerte de los injustos. Su mentalidad dialéctica, que sumaba los contrarios en busca de una síntesis total, le lleva a fundir lo serio y lo burlesco, lo jocoso con lo trascendente, la broma con la lírica, por lo que su teatro responde plenamente al momento cultural barroco.
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