La isla del rey Salomón: la gesta olvidada de los navegantes españoles del Pacífico Sur 17 de noviembre de 2020 – Publicado en: Libros, Reseñas destacadas – Etiquetas:

«Tras ocuparse de las cuitas de los marinos españoles del Pacífico septentrional en ‘Legazpi, el tornaviaje’, el académico de la RAE Juan Gil voltea la mirada al sur en su nueva antología ‘En demanda de la isla del rey Salomón. Navegantes olvidados por el Pacífico sur’ publicada también por Biblioteca Castro y en la que, tras una introducción imponente de más de doscientas páginas, rescata las relaciones de viajes de tres figuras principales: Álvaro de MendañaPedro Fernández de Quirós y Diego de Prado. Aquellos hombres hoy caídos en el olvido vivirían toda clase de fantásticas aventuras ultramarinas a la busca de la isla del rey Salomón, llegarían a costear Nueva Guinea y a avistar Australia por primera vez».

Las relaciones de aquellos tres viajes conservadas durante siglos en ignotos manuscritos vuelven ahora a ver la luz con todo su sabor aventurero, su drama épico, su verdad y su leyenda.

Islas fabulosas del pacífico

El protagonista del primero de estos tres periplos había llegado al Perú como criado y en 1567 ya era capitán al mando de dos navíos armados con el objeto de marchar ‘en demanda de la isla del rey Salomón’. Álvaro de Mendaña, «un mozo soltero y bien dispuesto al que ahora le comienza a apuntar la barba» largó velas del Callao el 19 de noviembre y tres meses en febrero de 1568, después de una travesía tranquila, se topó con el conjunto de islas al este de Nueva Guinea que hoy conocemos como archipiélago de Salomón. Tal vez allí habría oro pero no parecía, eran pocos, muchos enfermos, sin apenas munición para defenderse de los belicosos indígenas y muy lejos de sus bases americanas. Decidieron regresar cosa que lograron tras un año de tormentas y hambre, al límite de sus fuerzas. Mendaña probó suerte nuevamente en 1592 esta vez al mando de cuatro naves pero, llegados a la isla de Santa Cruz con un barco ya perdido, cundieron el desánimo y los conflictos sangrientos. ¿Dónde estaba el oro? Acosados por los nativos y diezmados por la violencia y el escorbuto que acabó con la vida del propio Mendaña, aquellos marinos desesperados huyeron hacia Filipinas, el puerto español más próximo.

Expediciones de Pedro Fernández de Quirós y Diego de Prado

El avispado y curioso portugués Pedro Fernández de Quirós sacó a relucir su proverbial labia para engatusar a los poderosos -viaje a Roma para hablar con el Papa incluido- con su particular obsesión: estaba convencido de que en el Pacífico sur se ocultaba nada menos que todo un continente austral aún por descubrir, unas tierras fértiles y paradisiacas que convertirían a su descubridor en un nuevo Colón. El monarca español Felipe III accedió al fin y ordenó al virrey del Perú que pusiera tres naves en manos de Quirós con las que partió del Callao el 21 de diciembre de 1605. El viaje, sacudido por motines y rebeliones, fue un completo fracaso y Quirós dio la espantada y regresó a Acapulco en solitario con su nao capitana».

Aquí os dejamos el enlace a la reseña completa de Daniel Arjona.